ECONOMÍA INTERNACIONAL
La inflación, que continúa en niveles muy altos y es la principal preocupación en el entorno internacional, comienza a mostrar señales de haber alcanzado sus máximos. Esta situación es más nítida en Estados Unidos, donde el IPC se ha moderado hasta el 7,1% en noviembre, y acumula cinco descensos consecutivos, mientras que en la Eurozona ha bajado en noviembre por primera vez después de diecisiete meses al alza, situándose aún en el 10%. La pérdida de dinamismo en la actividad y descensos de la inflación, han pesado en las decisiones de los principales bancos centrales de Occidente, que han suavizado el ritmo al que continúan endureciendo sus políticas monetarias.
En cuanto a la inflación, la OCDE ha modificado sus estimaciones al alza, tanto para el presente año como para el próximo, apuntando a una inflación media en la Eurozona del 8,3% en 2022 y del 6,2% en Estados Unidos. Se prevé que los precios irán moderándose a lo largo de 2023, más rápidamente en Estados Unidos, donde crecerán un 3,5% en promedio anual, y mucho más lentamente en la Eurozona, que aún presentará una inflación media del 6,8% durante el próximo año.
ECONOMÍA ESPAÑOLA
El final del ejercicio 2022 se está caracterizando por la continuidad en el proceso de desaceleración de la actividad, el empleo y la inflación, si bien a escalas distintas. Los datos de demanda y actividad relativos al cuarto trimestre todavía son escasos, pero coinciden en apuntar una moderación en las variables de ventas y producción, mientras que la mayoría de los indicadores de sentimiento económico se resienten ante el aumento de los costes y la incertidumbre. Con todo, no hay señales de una desaceleración abrupta, por lo que es previsible que el PIB del cuarto trimestre se sitúe en el entorno del 0%, o incluso pueda ser ligeramente positivo.
La economía española afronta 2023 en un contexto de enorme incertidumbre, si bien se intensificará la desaceleración con un crecimiento en el entorno del 1%, mientras que la inflación, aunque no va a repetir los registros de 2022 (8,5% en media), sí va a seguir siendo elevada (entre el 4% y 5%). Siendo conscientes de que España sigue retrasada en la recuperación del PIB, nuestra economía podría mostrar una mayor resiliencia que la Eurozona debido a una serie de factores. Entre ellos, hay que destacar el menor impacto del shock energético frente a otros países europeos, un mercado inmobiliario menos tensionado y la resistencia del mercado laboral.
Fuente: Confederación Española de Organizaciones Empresariales – CEOE
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