El arancel es un impuesto que recae sobre los bienes que son importados a un país, es decir todos aquellos productos que un país compra del extranjero. También existen aranceles de exportación, pero son menos comunes.
A pesar de ser el importador quien, habitualmente, soporta el coste de los aranceles, también es de vital importancia para los exportadores conocer a cuales estarán sometidos sus productos, puesto que afecta de forma directa a la operación comercial.
El arancel tiene, principalmente, dos finalidades:
Finalidad protectora: principalmente, pretende proteger los bienes producidos en el propio país que puedan verse afectados por la importación de determinados productos similares, es decir, proteger los productos nacionales frente a la competencia extranjera que produce bienes a precios inferiores. Con la obligación de pagar dicho arancel se pretende encarecer el precio de los productos importados para que sean menos competitivos en relación a los productos nacionales de un país.
Finalidad recaudatoria: el cobro de aranceles supone un aumento de los ingresos del Estado.
Se pueden encontrar cuatro tipos básicos de aranceles:
Derecho ad valorem: es un porcentaje del valor de la mercadería, por ejemplo, un 5% del valor.
Derecho específico: se considera el peso o volumen, por ejemplo, 5 euros por kilo.
Derecho compuesto o mixto: es una mezcla de los dos aranceles anteriores y fija un mínimo o un máximo, por ejemplo, 5% con un mínimo de 5 dólares por kilo.
Arancel cero: esto se aplica en los casos donde existe un acuerdo de reducción o eliminación de aranceles para la circulación de bienes entre dos o más países, como es el caso de los tratados de libre comercio (TLC).
Para saber qué tipo de arancel se pagará por nuestros productos debemos conocer la partida arancelaria de los mismos.
La clasificación arancelaria de una mercancía es un paso fundamental en una operación de comercio internacional, se trata de un código numérico que se asigna a todas aquellas mercancías que vayan a ser importadas o exportadas y permite conocer cuáles serán los aranceles de importación, los trámites de exportación en origen, los requisitos de importación en destino o las posibles medidas de política comercial que afectan esas mercancías.
Para la clasificación arancelaria existen criterios comunes que han sido adoptados por prácticamente todos los países del mundo. En el caso de la Unión Europea la clasificación arancelaria de las mercancías responde a la siguiente estructura:
El Sistema Armonizado (HS Nomenclature), cuyo origen está en el Convenio Internacional del Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías de la Organización Mundial de Aduanas (WCO),del año 1983 y que es la nomenclatura utilizada en más de 200 países del mundo.
Este sistema abarca más de 5.000 grupos de mercancías y se organiza por secciones, capítulos (2 dígitos), partidas (4 dígitos) y subpartidas (6 dígitos), de modo que el código de 6 dígitos que se genera se conoce como Código del Sistema Armonizado o HS Code y será el mismo en prácticamente todos los países del mundo.
La Nomenclatura Combinada, corresponde con los dos siguientes dígitos y responde a una subdivisión adicional del Sistema Armonizado específica de la Unión Europea. Cualquier mercancía (importada o exportada) que se declare en una aduana de la Unión Europea ha de hacerse conforme a esta nomenclatura, ya que va a condicionar el tipo de derecho aduanero que es aplicable y el tratamiento estadístico de esos productos.
En el último nivel está el Código TARIC o Arancel Integrado, también propio de la Unión Europea, que corresponde con 2 dígitos adicionales denominados Subpartidas del TARIC o Código TARIC y que permiten acceder a información precisa sobre todas las medidas arancelarias aplicables a esas mercancías concretas (arancel de importación, sistema de preferencias arancelarias, medidas antidumping, suspensión temporal de impuestos, etc.).
Para consultar el Código Taric de tus productos sigue este enlace.
Normalmente, es el exportador quien comunica al importador la clasificación arancelaria de las mercancías puesto que se presupone que la identificación de las mismas será más exacta.
¿Por qué es importante tener en cuenta el arancel a la hora de exportar?
Como hemos comentado, los aranceles de exportación no son comunes y no suelen afectar a las operaciones de comercio internacional. Sin embargo, los aranceles de importación, aunque no suelen ser a cargo del exportador, sí afectan a las exportaciones porque incrementan el precio final de los productos.
Es importante saber a qué aranceles estarán sometidas las mercancías que se desean exportar para conocer de una forma más real si será posible o no introducirlas en el mercado objetivo.
A simple vista, el exportador al no tener que pagar los aranceles, salvo acuerdo en contra, tiene su beneficio garantizado sea cual sea su país destino puesto que es él quien decide el precio de sus productos. Sin embargo, dependiendo del tipo de arancel a pagar, el importador puede optar por no adquirir las mercancías, porque aunque con el precio impuesto por el exportador el negocio sea viable, si a ese precio se le incrementa el valor de los aranceles puede que la operación ya no sea rentable.
Por lo tanto, el exportador antes de dirigir sus esfuerzos a entrar en un nuevo mercado, ha de tener en cuenta si será o no posible introducir sus productos en dicho país, puesto que los aranceles pueden elevar el precio considerablemente y la operación puede dejar de ser atractiva para el importador.